San Siro, templo del grandísimo Milan de Arrigo Sacchi, capituló anoche con la enésima 'opera' del Barça de Pep Guardiola, que rizó el rizo de la reinvención. Fue un monumento al fútbol visto por toda Europa que a giganta la leyenda de un equipo capaz de dar un baño por momentos al mejor Milan en mucho tiempo sin Alves e Iniesta, saliendo con sólo tres defensas y reservando a Piqué. A escasos kilómetros de la Scala, la orquesta sinfónica azulgrana hizo el mejor homenaje posible a Tito Vilanova con un 2-3 que deja otra huella imborrable y amarra el 'factor campo' para octavos.