Ni el fatídico horario de las cuatro de la tarde ni la condición de gafe de la Real Sociedad, que once meses atrás puso contra las cuerdas al conjunto de Luis Enrique, hicieron desviar al Barça de su firme propósito de revalidar el título. La visita del bueno de Eusebio, que plantó a su equipo en el campo con ganas y atrevimiento, se saldó con una muestra de solvencia y una nueva exhibición de poderío del tridente. Dos goles de Neymar y uno de Suárez fueron completados sobre la campana por Leo Messi, que, todavía lejos de un estado óptimo de forma, puso ayer en marcha el dosificador de fuerzas, especialmente después de una tremenda entrada por detrás de Granero. Dos figuras surgieron para romper a los donostiarras: la de Neymar, que se puso las botas ante las líneas avanzadas que dispuso la Real, y la de Alves, autor de los centros a Neymar y Suárez para que marcasen los dos primeros goles .
El ‘11’ azulgrana sigue ‘on fire’. Marcó dos goles, uno a centro de Alves y otro a centro de Mathieu lateral para dar descanso a Alba, y dio el de Leo después de una preciosa combinación con Suárez. Neymar, pletórico, fue el encargado de acelerar cuando fue necesario para desbordar a la Real, que había salido a presionar a los peloteros del Barça por todo el campo y a dificultarles la salida de balón. Y sin reparar en coces cuando perdían la posición. El plan de Eusebio puso en problemas a los azulgrana, que sin embargo apenas rifaron un balón y, con paciencia, esperaron su momento. Y esos momentos llegaron gracias a los espacios en defensa, por los que especialmente Alves encontró una autopista. Por su banda estaba Yuri, que con una tarjeta por un agarrón a Rakitic después de que el croata le hiciese un túnel, jugó buena parte del partido coartado.
Y de Alves fueron los centros de los dos primeros goles. El primero, tras un magnífico control y pase al espacio de Messi, que había recibido de Piqué. El control de Leo fue sublime. Alves lo recogió y centró para que Neymar, entrando en diagonal, rematase a gol. Inapelable y espectacular. El segundo también llegó tras centro de Alves, con la Real descompuesta por una pérdida de balón en la media. Iniesta lanzó un gran pase de más de cuarenta metros para el brasileño, cuyo centro encontró una volea espectacular, de tijereta, de Suárez.
Messi, durante muchas fases ubicado por el centro, entre líneas, se desgastó lo mínimo. Intentó algún sprint al que no llegó y, sobre todo, se enfrió después de ser víctima de una entrada escalofriante en el centro del campo de Granero, que cazó al argentino por detrás sin ser amonestado. Sí vio tarjeta más tarde por otra sucia entrada, esta vez a Suárez. Debería, pues, haberse ido a la ducha ya antes del descanso. Otra proeza del árbitro fue anular por fuera de juego inexistente una internada de Rakitic en los primeros minutos. Era medio gol, pero Iglesias Villanueva lo evitó. Entre esta jugada y un cabezazo de Iniesta al palo a los doce minutos tras enorme jugada colectiva, el marcador ya podría haber sido de escándalo en la primera parte.
Sentencia y porfía de Messi
La Real, sí, intentó ahogar al Barça, pero se perdió en algunas brusquedades y al inicio del segundo tiempo ya tenía medio equipo con tarjetas. Ante una suicida defensa adelantada, un pase de Iniesta a Mathieu (esta vez en fuera de juego) acabó en centro del francés para que Neymar rematase el 3-0. El fuera de juego de Mathieu, ayer lateral, compensaba el señalado a Rakitic en los albores del partido.
Tras la sentencia, parecía que el partido se le hacía largo al Barça. La Real se quedó con el balón y el líder cayó en cierta indolencia y en imprecisiones al armar las contras. Bravo sacó la única ocasión de gol auténtica de la Real y Messi dio un aliciente al tramo final con su búsqueda del gol. Tuvo dos ocasiones a centro de Neymar, se le fue fuera una falta y estrelló un balón en el larguero (segundo palo del día). Por fin, la magia eclosionó en un jugadón de Neymar con pared de tacón con Suárez y centro al área, donde estaba Leo para completar el 4-0 y otra exhibición del tridente.
El ‘11’ azulgrana sigue ‘on fire’. Marcó dos goles, uno a centro de Alves y otro a centro de Mathieu lateral para dar descanso a Alba, y dio el de Leo después de una preciosa combinación con Suárez. Neymar, pletórico, fue el encargado de acelerar cuando fue necesario para desbordar a la Real, que había salido a presionar a los peloteros del Barça por todo el campo y a dificultarles la salida de balón. Y sin reparar en coces cuando perdían la posición. El plan de Eusebio puso en problemas a los azulgrana, que sin embargo apenas rifaron un balón y, con paciencia, esperaron su momento. Y esos momentos llegaron gracias a los espacios en defensa, por los que especialmente Alves encontró una autopista. Por su banda estaba Yuri, que con una tarjeta por un agarrón a Rakitic después de que el croata le hiciese un túnel, jugó buena parte del partido coartado.
Y de Alves fueron los centros de los dos primeros goles. El primero, tras un magnífico control y pase al espacio de Messi, que había recibido de Piqué. El control de Leo fue sublime. Alves lo recogió y centró para que Neymar, entrando en diagonal, rematase a gol. Inapelable y espectacular. El segundo también llegó tras centro de Alves, con la Real descompuesta por una pérdida de balón en la media. Iniesta lanzó un gran pase de más de cuarenta metros para el brasileño, cuyo centro encontró una volea espectacular, de tijereta, de Suárez.
Messi, durante muchas fases ubicado por el centro, entre líneas, se desgastó lo mínimo. Intentó algún sprint al que no llegó y, sobre todo, se enfrió después de ser víctima de una entrada escalofriante en el centro del campo de Granero, que cazó al argentino por detrás sin ser amonestado. Sí vio tarjeta más tarde por otra sucia entrada, esta vez a Suárez. Debería, pues, haberse ido a la ducha ya antes del descanso. Otra proeza del árbitro fue anular por fuera de juego inexistente una internada de Rakitic en los primeros minutos. Era medio gol, pero Iglesias Villanueva lo evitó. Entre esta jugada y un cabezazo de Iniesta al palo a los doce minutos tras enorme jugada colectiva, el marcador ya podría haber sido de escándalo en la primera parte.
Sentencia y porfía de Messi
La Real, sí, intentó ahogar al Barça, pero se perdió en algunas brusquedades y al inicio del segundo tiempo ya tenía medio equipo con tarjetas. Ante una suicida defensa adelantada, un pase de Iniesta a Mathieu (esta vez en fuera de juego) acabó en centro del francés para que Neymar rematase el 3-0. El fuera de juego de Mathieu, ayer lateral, compensaba el señalado a Rakitic en los albores del partido.
Tras la sentencia, parecía que el partido se le hacía largo al Barça. La Real se quedó con el balón y el líder cayó en cierta indolencia y en imprecisiones al armar las contras. Bravo sacó la única ocasión de gol auténtica de la Real y Messi dio un aliciente al tramo final con su búsqueda del gol. Tuvo dos ocasiones a centro de Neymar, se le fue fuera una falta y estrelló un balón en el larguero (segundo palo del día). Por fin, la magia eclosionó en un jugadón de Neymar con pared de tacón con Suárez y centro al área, donde estaba Leo para completar el 4-0 y otra exhibición del tridente.
