AT MADRID (0-1) FC BARCELONA

Monday, 18 May 2015


La justicia poética invitaba a conquistar la Liga con grandeza: en casa del vigente campeón, ganando el partido, controlando el juego y con un gol del indiscutible faro del equipo. Y el guión se cumplió punto por punto: con el sufrimiento propio de las tardes del carrusel de la radio y con el Real Madrid resistiéndose a firmar su rendición, pero al final, se cumplió. El Barça es campeón de Liga gracias al gol de Messi en el Vicente Calderón. Al Atlético de Madrid no le quedó más remedio que entregar el título después de pasarse prácticamente 90 minutos bajo el yugo del control del Barça, que pasó del dominio al éxtasis a orillas del Manzanares. 

Y eso que el partido empezó con un Atlético volcado, encendido como en sus noches más intensas: parecía que el equipo de Simeone volvía a plantear un partido volcánico, de mucha trinchera, a ida y vuelta, pero las fuerzas apenas le duraron diez minutos: fue un equipo gaseoso; chispeante en el arranque, sin burbujas a medida que avanzaba el partido y el Calderón se iba apaciguando. El Atleti puso a prueba a Bravo en dos impulsos, dos remates a bocajarro que el portero chileno salvó con solidez, recogiendo en el Calderón el testigo de Courtois, último Zamora de la Liga. 

Pero el equipo colchonero se fue apagando, y buena parte del mérito correspondió al Barça, que supo anestesiar el partido como en los viejos tiempos, a través de la posesión del balón. El equipo blaugrana leyó a la perfección el partido: más que vértigo, la situación reclamaba control, control y control. Se trataba de adueñarse del partido poco a poco, ganando metros, acercándose a la portería de Oblak no a la contra ni con balones largos, sino combinando y buscando las bandas. Los centrocampistas dieron un paso adelante para marcar la línea y el Barça empezó a encontrar posibilidades de remate, con Leo Messi a la cabeza. 

Lo probó el argentino a la media vuelta y de cabeza, pero se topó con Oblak. Y también con Undiano Mallenco, uno de esos árbitros capaces de desquiciar por igual a los dos equipos, que obvió incomprensiblemente un penalti de Juanfran, su brazo izquierdo en el aire, frenando el remate de Messi. Con un ojo en Cornellà, donde parecía que el Madrid jugaba a medio gas, el Barça siguió buscando el gol que le aseguraba el título. Volvió a aparecer Messi, que ejecutó magistralmente una falta lateral, aunque el balón golpeó ligeramente el larguero antes de irse fuera. También lo intentó Alves desde media distancia, exigiendo nuevamente a Oblak, al filo del descanso. 

Era cuestión de paciencia, por más que el Atlético volviese a estirarse en el inicio de la segunda parte, en dos llegadas esporádicas al área de Bravo. El partido volvió a su guión original: un Barça abrumador, pero sin acierto en el remate. Al césped del Calderón llegó la noticia de que el Madrid ya ganaba su partido y fue entonces cuando emergió, imperial, la figura de Messi. El ‘10’ apareció por el centro del ataque, dibujó una pared imposible con Pedro en la corona del área, rodeado de piernas rivales y cuando el canario le devolvió el balón, lo colocó con toda la naturalidad del mundo en el palo izquierdo de Oblak. Del palo a la red, y de la red al éxtasis. 

El Barça lo celebró como se celebran los goles inolvidables: una piña en un córner del Calderón. Corría el ecuador de la segunda parte y al Barça le quedaban 20 minutos para cantar el alirón en el campo del actual campeón: fueron 20 minutos frenéticos, de poco fútbol y mucho nervio, en los que el equipo de Luis Enrique pudo sentenciar (Neymar desaprovechó una ocasión clarísima tras un contragolpe excelente de Messi), pero también pudo llevarse un susto. Cosas del Atlético, uno de esos equipos que parecen dormitar hasta que se deciden a lanzar un zarpazo. 

Pero este Barça, flamante campeón de Liga dos años después del título de los 100 puntos, ha aprendido a manejarse en la retaguardia con solvencia y seguridad: es un equipo de inspiración latina en ataque, pero de disciplina alemana en defensa. El Barça supo apretar los dientes y dejar pasar el crono: hubo tiempo para que el Calderón se pusiese de pie aplaudiendo a Iniesta, que dejó su sitio a Xavi. Siqueria estuvo a punto de empatar, pero ni la suerte ni el destino jugaron en contra del Barça, nuevamente rey del fútbol español con todos los honores.

Seguidamente podran ver el resumen del partido.
  • Media: Sport

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