TEMPORADÓN DE ALVES Y PIQUÉ
Todas las imágenes del partido, y con razón, fueron para Leo Messi tras su estratosférica actuación ante el Bayern. No hay duda que el argentino decidió el encuentro y la eliminatoria con su inigualable talento, pero Gerard Piqué comentó, a pie de césped, que el Bayern no les había chutado casi ni una vez a puerta. En caliente, Gerard puso en valor algo que no se ve tanto, pero que sirve para que Messi acabe ganando Balones de Oro.
Y es que el sistema defensivo y las individualidades atrás del Barça son parte vital del éxito de un equipo que la pasada temporada hacía aguas en los momentos decisivo. Piqué se reivindicó con razón y también lo podría haber hecho Dani Alves, un futbolista que está viviendo una segunda juventud en el Barça y que nadie entiende cómo ha llegado a estas alturas de año sin estar renovado. Acabarán pagando el gusto y las ganas porque el brasileño ha vuelto para ser el lateral derecho más eficaz del mundo. Luis Enrique prometió seriedad a su llegada y siempre tuvo muy claro que el proyecto debía construirse desde atrás.
No hay éxitos sin una buena estructura que asiente al equipo para evitar accidentes y para estar a la altura en las grandes ocasiones. Y el partido ante el Bayern fue el claro paradigma. El Barça se está esforzando mucho más esta temporada y su solidaridad hace que sus futbolistas sean capaces de correr más que el Bayern, el equipo físico por antonomasia de las últimas ediciones de la Champions. Piqué también prometió que trabajaría para volver a ser uno de los mejores centrales del mundo. En unos meses lo ha conseguido. Éxito de Messi, éxito de Luis Enrique, exitazo de la defensa en un año que el triplete puede ser más colectivo que nunca.