Las sorpresas tácticas saltaron por los aires en el minuto uno. El Barça, nublado por la niebla, frío por la lluvia o simplemente empanado, encadenó una serie de errores en el pase culminados por Valdés que le entregó el balón a Di María para que este la enviara a Benzema que batió a Víctor. El Bernabéu rugió de lo lindo porque el choque se ponía ideal para su equipo, que podía ceder la iniciativa y forzar el fallo blaugrana para armar el contragolpe. Les tocaba vivir cómo reacciona un equipo campeón, pero antes el Barça tuvo que sufrir en un partido vibrante, intenso, maravilloso.