No fue un disgusto pero sí un palo este empate, el resultado que más quería evitar Guardiola de cara a dosificar esfuerzos antes del clásico. Otra vez la madera, por tres veces, impidió consumar goles de Villa, Messi y Pedro que habrían dado la victioria al Barça, el único equipo que la mereció en el ruidoso y agobiante Parken de Copenhague.