UD Las Palmas (1-2) FC Barcelona

Dilluns, 22 Febrer 2016


Otra vez una actuación para archivar rápidamente en la carpeta de los partidos para olvidar y otra vez un Barça demoledor en la clasificación: el 1-2 obtenido en el Estadio de Gran Canaria le permite dejar provisionalmente al Atlético a nueve puntos y al Madrid a diez, antes de que jueguen mañana sus partidos de la jornada. El conjunto barcelonista jugó con fuego. Reguló fuerzas, dio la impresión de estar pensando demasiado en la Champions, perdonó el 1-3 y al final pudo perfectamente dejarse algún punto ante la Unión Deportiva Las Palmas, que en algunos momentos parecía el poderoso sobre el césped. Suárez y Neymar tradujeron en goles la pegada del Barça para superar el gol de Willian José, pero los azulgrana acabaron pidiendo la hora y achicando balones, mientras Sergio Araujo tuvo hasta tres veces el empate en sus botas.

A tres días de la visita al campo del Arsenal, el Barça parecía tener la cabeza ya en Londres. En algunas fases mostró un nivel muy bajo de revoluciones, una vez más sin adaptarse a estos horarios de cochambre. Nada que ver con el equipo que hace una semana maravilló ante el Celta. Ni siquiera con el de Gijón, del pasado miércoles. En cambio, fue parecido al de Málaga o del Ciutat de València: un equipo capaz de ganar con mucho sufrimiento, pero al que un día la tostada le caerá por el lado de la mantequilla.

La cuestión es que, una vez más, tocaba pájara y el Barça ofreció la imagen que suele ofrecer cuando juega a estas horas, ayer incluso una hora antes al jugarse en Canarias: las tres, la hora del telediario en los viejos tiempos. Se topó con un Las Palmas atrevido, que creó muchos problemas a una estructura defensiva en la que faltaban dos titulares habituales: Piqué y el medio centro, Busquets. No tiene por qué servir de excusa, ya que Sergi Roberto se adapta bien a esa demarcación, pero le cuesta aportar la contundencia de Sergio en el tránsito defensivo. Por el eje, la Unión Deportiva encontró huecos por los que se colaron Momo, partiendo de la izquierda, y Jonatan Viera, entre líneas, para buscar a Wilian José. Jugando al trán trán, el Barça se vio sorprendido por la conexión entre líneas de los amarillos, que explotaron sus debilidades, acentuadas por la floja actuación, un día más, de Dani Alves, que además tuvo poca colaboración en defensa de Arda Turan.

0-1 y vuelta a empezar
Pero, claro, cuando se ponía las pilas y apretaba, el Barça creaba problemas a su rival. El conjunto de Luis Enrique tuvo momentos de amplio control de la situación en los que el tridente hizo mucho daño a la defensa, la línea más floja de los locales. Pronto Suárez avanzó al Barça tras un pase magistral de Iniesta entre líneas a Jordi Alba, que encontró una autopista y centró para que Suárez rematase el 0-1.

Pero la Unión Deportiva quería alegrar el Carnaval que la lluvia había deslucido. Su valentía, junto con la indolencia del Barça, permitió a los canarios empatar sólo cuatro minutos después: un taconazo magistral de Jonathan Viera por el centro dejó solo a Willian José en el área, que aprovechó los espacios para empatar y demostrar que el partido estaba muy vivo.

Es cierto que el Barça pudo marcar el segundo antes del momento en que lo hizo, a cinco minutos del descanso, pero primero Suárez cabeceó fuera una falta sacada por Messi y después se encontró con Javi Varas, un viejo conocido, que despejó un disparo de Iniesta tras pase de Arda Turan. El meta incluso rechazó a bocajarro un remate de Messi en la jugada del segundo, a centro de Suárez. Neymar recogió el rechace y marcó el 1-2.

Ya en la jugada inmediatamente anterior, Claudio Bravo había atrapado un balón dividido disputado por Jordi Alba y El Zhar y tras el descanso Las Palmas continuó sin rendirse. En gran parte, gracias a Varas, que salvó a su equipo a remate de Suárez tras dejada de Alves aprovechando un gran pase en profundidad de Neymar. Suárez, que se vació, no acertó con el 1-3 y el Barça comenzó a sufrir de verdad a pesar de los esfuerzos de un gran Iniesta y de Rakitic, sustituto de Arda Turan, por poner control.

Sin el partido cerrado, el conjunto barcelonista jugó con fuego y bajó el ritmo. Willian José tuvo el empate en una jugada de gran dejadez de la zaga, que le dejó rematar tras un chut de Jonathan rechazado por Bravo. En el tramo final, por tres veces Araujo tuvo el empate: primero, en dos remates rasos que se fueron muy cerca del poste, con Claudio Bravo vendido. Y finalmente en un balón vertical de Roque Mesa al área para el argentino, que remató desviado ante la salida desesperada de Bravo, antesala de un desenlace frenético en el que Neymar remató a manos de Varas un balón con sus compañeros de tridente, solos, esperando el centro y en el que Vermaelen acabó achicando balones en plan épico. El manual barcelonista ya ha asimilado el capítulo ‘ganar sufriendo’.



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  • Font: Mundo Deportivo

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