Creo que el Barça está jugando con candela, pues Dani Alves es una pieza clave en el mecanismo perfecto del equipo azulgrana y si a estas alturas no ha firmado su continuación, la directiva puede estar marcando el comienzo del fin de este magnífico equipo. Ya es el tercer desacuerdo entre la directiva y el equipo, especialmente con Guardiola, en materia de fichajes. Primero, con Chigrinsky; luego, el tema Yayá Touré y ahora Alves. Lo curioso es que esta vez se da con un jugador superrentable, de cuyos resultados y entrega al Barça nadie puede dudar en absoluto. Además, se ha identificado con sus compañeros y reacciona y siente como un culé más, a pesar de ser extranjero. Esto me recuerda al comienzo del fin del Madrid de Del Bosque ante la decisión de Florentino de no querer equiparar a Makelele con los cracks del equipo. Piénsenlo bien. Estos jugadores nos devolvieron la ilusión y están haciendo historia. Los problemas de la directiva no son consecuencia, ni culpa de estos muchachones, al contrario. No ha explotado una reacción adversa en el club, como en años anteriores, por esos resultados. Sean agradecidos, por Dios.
