Dani Alves ha llegado por fin a un acuerdo para renovar con el Barcelona. El club comunicó ayer oficialmente que el jugador, que tenía contrato hasta la próxima temporada, seguirá hasta el 30 de junio del 2015. Hoy a las siete de la tarde está previsto que el jugador firme su nuevo contrato y posteriormente pose para los medios de comunicación. Con la renovación de Alves se cierra uno de los culebrones de la temporada. El tira y afloja entre el jugador y la entidad era público desde que comenzó el verano, pero se había recrudecido en estos últimos meses con las sucesivas reuniones entre el representante del jugador y el club, sin que hubiera ningún avance ni éxito. Alves quería equiparar su salario al de el tercer escalón, en el que también están Valdés, Puyol y Piqué. El club intentó convencerle para que bajara sus pretensiones económicas, pero el jugador no daba su brazo a torcer. Alves ha afirmado durante este tiempo que su deseo era continuar en el Barcelona, pero que defendería lo que él consideraba justo. Finalmente, y según ha filtrado el propio club, ha sido el jugador el que ha renunciado a sus pretensiones iniciales. Cobrará en torno a 7 millones brutos, unos 4 netos, más objetivos. Debido a las dificultades en la negociación, que llevaron en todo momento el vicepresidente deportivo Josep María Bartomeu, el director deportivo Andoni Zubizarreta y el director general Raúl Sanllehí con el agente del jugador Joaquín Macanás, hubo momentos en los que Sandro Rosell tomó las riendas de la misma. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero, el presidente azulgrana viajó hasta París para presenciar en directo el amistoso que disputaron la selección francesa contra la brasileña. Rosell aprovechó el viaje para, con la mayor privacidad posible, hablar con Alves sobre los problemas para la renovación. El lateral, de todas formas, no cejó en su empeño de aumentar su ficha y afirmó, a la vuelta a Barcelona, que Sandro Rosell no había viajado a París sólo para verle. Al final, y pasado un mes y medio, Alves parece que ha recapacitado y firma hasta el 2015 por menos dinero del que él tenía pensado al comienzo de las negociaciones con el club. El jugador firma hoy el último gran contrato de su vida profesional ya que cuando concluya éste con el Barça tendrá 32 años. Guardiola, que siempre había apostado por la continuidad del jugador, ve cumplido su deseo de tener en la plantilla a uno de sus titulares habituales. Uno de los claves.
