Paulinho y Gabriel Jesus, en dos minutos, sentenciaron a Chile en el Allianz Parque de Sao Paulo. La Roja, que aguantó lo que más pudo, no fue capaz de romper la línea defensiva del Scratch y se despidió del Mundial. El atacante de Manchester City, en los descuentos, anotó otro más y acabó con la ilusión roja.
Salvo insinuaciones de Jorge Valdivia, que intentó descargar para que los delanteros entraran en juego, el Bicampeón de América no fue rival para el mejor combinado sudamericano, que entró en Rusia con una distancia excesivamente cómoda. Al otro lado, Claudio Bravo evitó que la goleada fuera una vergüenza monumental.
Brasil, despreocupado de la resolución de la Eliminatoria, superó en todas las facetas de juego al equipo de Pizzi y lo dejó sin Mundial. Los resultados de Perú y Argentina no los acompañaron y la improvisación de lanzar a la cancha un equipo que, al menos en el mediocampo, no tenía entrenamientos previos, fue el último pecado de un equipo que salió confiado a jugar en más de una ocasión y se venció: la generación que llevaba dos años superando a todos los de su continente no supo ratificar su supremacía copera y se hundió.