FC Barcelona (1-2) Real Madrid

Segunda, 04 Abril 2016


El Barça perdió ante el Real Madrid, que acabó con diez, por expulsión justísima de Sergio Ramos. No caía en casa desde la temporada anterior, cuando cayó ante el Málaga. Se acabó la racha de partidos sin conocer la derrota. Se quedan en 39. Y tuvo que ser precisamente en el Clásico, el día del homenaje a Johan Cruyff. El destino, el fútbol, quiso despedir a Johan Cruyff, tras su muerte, con tres partidos de sus equipos (Ajax, Holanda y el Barça). La lástima fue que en el tercero no se dio la esperada victoria, ni siquiera se jugó bien. Ahora lo que importa verdaderamente, con la Liga controlada, digan lo que digan, es centrarse en la Champions, en la visita del peligroso Atlético de Madrid, el próximo martes.

Eso sí, el Madrid de Zidane se ha rearmado anímica mente y eso será muy peligroso en la Champions. Al tiempo.

Zinedine Zidane no quiso que se repitiera el 0-4 del Bernabéu. Esperó atrás. No presionó al Barça arriba, aunque adelantó la defensa para acortar el terreno.

El Barça supo llevar las riendas del partido porque presionaba bien y sabía mantener el esférico. Esperaba el momento de dar la estocada, de lograr el tanto inicial. Aunque su Tridente estaba más romo que de costumbre, muy torpón en el pase. Aun así, en el minuto nueve, Luis Suárez tuvo una ocasión que todavía ahora no se entiende cómo no convirtió en gol. Sólo ante Navas ni siquiera conectó con el balón en su remate. ¡Increíble!.

El árbitro trastocó un buen partido de fútbol en una sucesión de faltas, de acciones que rompían el ritmo. Y, encima, sancionó con doble vara de medir. Eso acabó por desquiciar al Barça.

Sin amarilla a Ramos
El partido pudo tomar otro claro rumbo con una jugada vital en el minuto 23. Sergio Ramos, que ya tenía una amarilla, derribó claramente a Lionel Messi en el límite del área grande. Hernández Hernández acertó en no pitar el penalti que le reclamaban los barcelonistas, pero no se atrevió a mostrarla segunda tarjeta para el sevillano que hubiera supuesto su merecida expulsión. Hay cosas que perduran en el Clásico, como el arbitraje. Eso sí, Luis Suárez vio una amarilla que le dejará sin poder jugar en Anoeta. El Barça perdió ahí un tanto el control, se entró en un correcalles que le pudo costar caro si Benzema no hubiera estado tan despistado.

En esa primera parte hubo un duelo directo entre Iniesta y Modric, aunque Andrés contó con el apoyo de Busquets y Rakitic que hizo que esa zona fuera azulgrana en todo momento, a pesar del trabajo de Casemiro. La lástima, ya queda dicho, es que la ‘MSN’ no estaba fina del todo en el pase.

Tras el descanso, el Barça buscaba su oportunidad. Lo que no cambió fue la especial aplicación que hacía del reglamento el colegiado canario. Otra vez, perdonó a Sergio Ramos que le dio un codazo a Dani Alves que estuvo más cerca de la roja que de la amarilla. Y el defensa andaluz ya tenía otra.

El Barça supo conjurarla situación con una jugada maravillosa que finalizó Lionel Messi con un ‘globo’ que Keylor Navas desvió en acrobática parada.

Gol de Piqué
El acoso ya fue constante. Apareció la majestuosa figura de Gerard Piqué que se elevó y cabeceó a gol, logrando el 1-0. Luis Suárez le había hecho una ‘pantalla’ perfecta sobre Pepe.

Ese tanto pareció que era vital porque ya desbarataba del todo el sistema planteado por ‘Zizou’, pero el Real Madrid tuvo la suerte de encontrarse con una jugada afortunada en que el balón acabó a pies de Benzema que batió a Bravo, tras un desbarajuste defensivo. El Madrid había aprovechado bien las incorporaciones de Marcelo por la banda y, en ocasiones, de Carvajal. Nadie los seguía.

La marcha de Rakitic, clave
En esa fase final de partido, Luis Enrique pareció tomar una decisión de ir a por el partido, con el riesgo que eso conllevaba. Dio entrada a Turan por Rakitic, cuando parecía que iba a cambiarlo por Sergi Roberto para tener más control de balón. Fue un auténtico desbarajuste. Zidane se dio cuenta de ello y metió en liza al rápido Jessé para intentar aprovecharlo. Cristiano remató al palo. El Barça quedó ‘groggy’, demostrándose el error de Luis Enrique de meterá Arda Turan.

Pero Sergio Ramos decidió colaborar y le hizo una entrada innecesaria a Luis Suárez que le significó la segunda tarjeta amarila. Su expulsión.

El Barça pagó caro el querer ganar el partido como fuera. Siguieron los fallos en el pase y en el control del balón. Carvajal supo aprovecharlo para darle el balón a Jessé, éste a Bale y su centro se lo ‘comió’ Alves.CR7lo controló y remató por entre las piernas de Bravo. Era el premio a la ambición blanca. Jugando con diez no se conformaron con el empate.



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  • Fonte: Mundo Deportivo

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