CORRER NO ES DE COBARDES

Sábado, 16 Maio 2015


Rexach solía decir que “correr es de cobardes”, pero la frase no es suya, sino de Rogelio Sosa, otro talentoso futbolista que jugó dieciséis temporadas en el Betis. Como Charly, prefería que el balón corriera más que el jugador. De ahí que exista la leyenda urbana que asegura que el equipo que va detrás del balón corre más que el que lo tiene. Pero el Barça está demostrando esta emporada que correr no es de cobardes, sino de ganadores. 

Los de Luis Enrique solo han perdido uno de los seis partidos que han jugado entre octavos, cuartos y semifinales de la Champions. Fue el martes, en el Allianz Arena, donde el Bayern superó 3-2 a los blaugrana. En todos los partidos ganados, tanto en la ida como en la vuelta, ante el Manchester City y el PSG, además del de la ida ante los alemanes, el Barça siempre ha corrido más que el rival. No es ninguna casualidad que así sea.

En Múnich, los bávaros corrieron casi 1,5 kilómetros más que los blaugrana, sumando el esfuerzo de los once futbolistas titulares. En cambio, en el Camp Nou, el Barça corrió 2,815 kilómetros más que el Bayern para superar 3-0 a los de Pep Guardiola. Ante el PSG, los blaugrana hicieron casi 2,5 kilómetros más en la ida (1-3) y 3,9 más en la vuelta (2-0). Y algo similar ocurrió ante el Manchester City, puesto que el Barça corrió más de cuatro kilómetros más (4,22) que los ingleses en la ida (1-2) y más de dos kilómetros y medio (2,6) en la vuelta (1-0).

La conclusión es evidente: cuando el Barça despliega su superioridad física, acaba llevándose la victoria. Y al revés, como demostró el Bayern el martes, que hizo más kilómetros que los blaugrana y acabaron, como ha pasado con el Barça, ganando el partido. 
Estos datos demuestran que el talento puede ganar partidos, pero que es la conjunción del talento más la actitud la que gana, o por lo menos pone en el camino de hacerlo, títulos. Esta podría ser una explicación lógica a lo que ha ocurrido desde Anoeta. Ni Neymar, ni Messi, ni Iniesta, ni Alves han aprendido a jugar a fútbol desde entonces. La plantilla blaugrana tiene un talento innato que nadie puede inculcar. Pero ese talento, cuando el equipo no está enchufado, sirve de muy poco. En cambio, lo que ha cambiado desde la dolorosa derrota de principios de año ante la Real Sociedad hasta aquí es el hambre que los futbolistas ponen en cada jugada, en cada balón dividido. Eso les da un plus que, sumado al talento que ya tienen, los hace imparables.
  • Fonte: Sport

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